Estos avances se producen en un momento clave para la región: el turismo está viviendo un año récord, con casi 30 millones de visitantes en 2024, un aumento del 15,5 % en llegadas internacionales y una subida del 21,2 % en el gasto extranjero. El turismo representa ahora más del 16 % del PIB regional y da empleo a más de 280 000 personas. En este contexto, la apuesta por la accesibilidad deja de verse como un añadido y se consolida como un componente estratégico para la competitividad y sostenibilidad del destino.
Según Miguel Carrasco, director de operaciones de TUR4all Travel, “con la accesibilidad ahora en el centro de su estrategia turística, la Región de Valencia marca un nuevo estándar para los destinos europeos. Ha comprendido que la accesibilidad no trata sólo de eliminar barreras, sino de abrir oportunidades”. Añade que la inclusión y la competitividad van de la mano, y que una oferta accesible beneficia no sólo a las personas con discapacidad, sino también a personas mayores, familias o viajeros con limitaciones temporales, configurando un modelo turístico más sostenible y resiliente.
El segmento del turismo accesible representa una oportunidad económica y social significativa. Más de 1.300 millones de personas, aproximadamente el 15 % de la población mundial, viven con alguna forma de discapacidad y en Europa más de 100 millones de viajeros tienen necesidades de accesibilidad. Este grupo suele viajar con mayor frecuencia, muestra una alta lealtad y en muchos casos realiza un gasto medio superior al habitual. A medida que los destinos se diseñan para ser inclusivos, el coste adicional para visitarlos disminuye, generando valor tanto para el visitante como para la comunidad anfitriona.
La estrategia de Valencia se apoya en la integración de la accesibilidad como factor central del desarrollo turístico: desde el diseño de infraestructuras, la formación de servicios y la comunicación de los recursos hasta la creación de productos específicos que respondan a las necesidades diversas de los visitantes. Este enfoque permite a la región articular una oferta basada en los principios de experiencia, inclusión y calidad, desplazando el turismo hacia modelos que ya no se limitan a ver, sino que permiten participar, disfrutar y sentirse bienvenidos.
En este sentido, el turismo accesible se convierte en un vector de innovación para el destino. La adaptabilidad, la información verificada al viajero, la formación del personal y la conciencia inclusiva emergen como pilares de una oferta que apuesta por la diferenciación y la sostenibilidad a largo plazo. Más allá del número creciente de visitantes, lo que marca la diferencia en Valencia es el valor generado en la comunidad: se trata de garantizar que estos nuevos visitantes sean bien atendidos, que tengan una experiencia memorable, y que su presencia contribuya al fortalecimiento del destino y al bienestar general.
El movimiento de Valencia por posicionarse como líder en turismo accesible adquiere más relevancia al entenderse como parte de una visión global: la de destinos turísticos que evolucionan desde la mera atracción de masas hacia modelos más responsables, diversificados y humanizados. En ese rumbo, la accesibilidad se convierte en un camino no solo para aumentar visitantes, sino para mejorar la vida de quienes visitan y de quienes viven allí. La Región de Valencia demuestra que ese camino es también rentable, estratégicamente relevante y alineado con los valores del turismo actual.
La apuesta es clara: una experiencia turística donde la barrera no sea la discapacidad, sino la falta de voluntad por adaptarse. Y Valencia se posiciona hoy como un ejemplo tangible de que cuando un destino abraza la inclusión, abre oportunidades para todos.