Gucci y Ferrari ante el vértigo del lujo

12-10-25

El brillo del lujo pierde lustre. Tras una década de expansión que pareció inagotable, el sector afronta un giro incómodo: unos 50 millones de consumidores han abandonado la categoría entre 2022 y 2024, reduciendo su base global y dejando a las grandes casas con un escaparate menos concurrido y más exigente. La cifra, recogida por los últimos balances sectoriales (Bain & Company/Altagamma) y difundida por cabeceras internacionales, ilustra un fenómeno que ya tiene nombres y apellidos: el repliegue del comprador aspiracional, golpeado por la inflación, el encarecimiento de la cesta básica y las subidas de precios acumuladas —en torno al 20% desde 2021 en muchas marcas— que expulsaron a millones del “entry luxury”. 

ElEconomista ha sintetizado ese cambio de ciclo con una imagen potente: firmas icónicas como Ferrari o Gucci “asomándose al abismo” del lujo, un abismo que no es la caída libre pero sí una pared vertical que obliga a recalcular cada apoyo. En el automóvil de alta gama, la corrección de expectativas fue sonora: Ferrari presentó objetivos a 2030 más prudentes y recortó a la mitad la cuota prevista de eléctricos en su mezcla de producto (del 40% al 20%), lo que disparó dudas sobre la elasticidad del crecimiento y provocó fuertes ventas en bolsa pese a un 2025 todavía sólido en ingresos. El mensaje entre líneas es claro: no todo se puede sostener solo con precio y ediciones limitadas; la exclusividad requiere un equilibrio delicado entre volumen, margen e innovación tecnológica con identidad de marca.