La confianza sigue siendo el pasaporte más valioso. Transparencia (52%), claridad (46%) y autenticidad (45%) emergen como atributos clave para que un anuncio o pieza de contenido resulte creíble y accionable. En palabras del propio equipo de Expedia Group, la estética no sustituye al mensaje: un cierre comprensible —idealmente con una llamada a la acción honesta y útil— convierte mejor que un despliegue de efectos sin hilo conductor. Esta lectura encaja con la tendencia que la compañía viene destacando: en la era del exceso de información, la simplicidad bien contada es una ventaja competitiva.
¿Y qué lugar ocupa la inteligencia artificial en este esquema? Lejos de la dicotomía “IA sí/IA no”, los viajeros muestran una preferencia matizada: el 41% considera útil el contenido generado con IA siempre que esté guiado por sensibilidad humana, mientras que solo el 16% dice no preocuparse por cómo fue creado el material. Además, el 64% afirma haber visto anuncios de viajes producidos con IA, pero prefiere que esa tecnología se use para personalizar itinerarios (19%) o construir ofertas más inteligentes (24%), antes que para poblar las campañas con imágenes o influencers completamente artificiales, que disparan emociones negativas como la desconfianza. En síntesis: la IA suma cuando potencia la relevancia y ahorra fricción, no cuando intenta reemplazar la autenticidad.
El factor generacional también marca diferencias. Millennials y Gen Z reaccionan con mayor intensidad emocional al contenido de viajes y se sienten especialmente atraídos por videos y voces influyentes; por su parte, la Generación X y los Boomers tienden a privilegiar mensajes de marca, artículos patrocinados y guías con información práctica y verificable. Esta segmentación no es meramente demográfica: invita a modular el tono, el formato y el canal según la etapa del viaje y el arquetipo de cada audiencia. De hecho, el informe perfila seis “modos de viajar” —de la playa al lujo, pasando por lo urbano, lo cultural, la aventura o los parques temáticos— y sugiere gatillos creativos diferenciados para inspirar a cada uno sin forzar estereotipos.
La representación importa, y mucho. Un 34% de los encuestados reconoce que los mensajes inclusivos aumentan su confianza, y que verse reflejados —por edad, origen, estilo de vida o preferencias— vuelve el contenido más familiar y memorable. En un mercado donde la inspiración se disputa en segundos, esa identificación inmediata puede ser la diferencia entre desplazar el pulgar o parar a mirar… y reservar. Esta lógica también explica por qué la compañía está trasladando los hallazgos a campañas concretas con organizaciones de marketing de destinos como Visit Türkiye, el Ministerio de Turismo de las Bahamas, la Oficina de Turismo de Jamaica y PROMTUR Panamá, con el foco puesto en creatividad emocional, distribución inteligente y métricas de conversión.
“Science of Wanderlust” no se limita a describir tendencias: propone un marco de acción en un momento en que el volumen de contenido —mucho de él impulsado por IA— no deja de crecer. La conclusión central es pragmática: el mejor desempeño aparece cuando la tecnología se emplea para entender contextos, ajustar formatos, personalizar mensajes y optimizar compras de medios, mientras el criterio humano se encarga del guion, la voz y el gesto que hacen creíble el viaje prometido. Para marcas, destinos y agencias, el reto ya no es elegir entre arte o ciencia, sino orquestarlas con precisión para encender el deseo de viajar y convertirlo en resultados.