El 13 de octubre, la Ofrenda de Frutos batió también récords de participación, reuniendo a 3.500 oferentes, entre ellos 724 vecinos y vecinas inscritos y 300 representantes institucionales y sociales. Por primera vez, la organización abrió la participación a toda la ciudadanía, lo que supuso un incremento de mil personas respecto al año anterior. Más de 115.000 personas llenaron las calles para disfrutar de su recorrido. Este acto, que combina tradición, identidad y compromiso solidario, destinó todos los alimentos ofrecidos a programas de obra social de la ciudad, consolidándose como uno de los momentos más entrañables y representativos de las Fiestas del Pilar.
La noche culminó con el esplendor del Rosario de Cristal, la tradición más antigua de las Fiestas del Pilar. Desde 1889, esta manifestación artística y devocional ilumina el casco antiguo de Zaragoza con 258 faroles y 15 carrozas de vidrio policromado, diseñadas por el arquitecto Ricardo Magdalena, que representan los Misterios del Rosario. En la edición de 2025, más de 55.000 personas acompañaron el recorrido desde la Plaza de San Pedro Nolasco, en un ambiente de respeto, emoción y belleza.
El impacto de las Fiestas del Pilar trasciende lo religioso para convertirse en un fenómeno cultural, turístico, social y económico, que proyecta al mundo la imagen de un Aragón con alma, hospitalidad y raíces. Más allá de su dimensión espiritual, las fiestas generan un extraordinario impulso para el tejido turístico y hostelero de Zaragoza y del conjunto de la comunidad, con una ocupación hotelera que roza el lleno y una notable dinamización de la restauración, el comercio y los servicios culturales.
Todo lo que acontece en Zaragoza estos días de octubre se alinean plenamente con el proyecto “Aragón con Alma”, una iniciativa del Gobierno de Aragón destinada a revitalizar el turismo religioso y espiritual en toda la comunidad. Presentado en abril de 2025 por el Departamento de Medio Ambiente y Turismo, el programa identifica las grandes “Fiestas con Alma” del territorio, entre las que el Pilar de Zaragoza brilla como su máxima expresión y su referencia internacional.
El Gobierno de Aragón subrayó en su presentación que Aragón con Alma une espiritualidad, tradición y desarrollo sostenible, mostrando que la fe puede ser también motor económico y cultural. Este compromiso se refuerza con la integración de Aragón como Miembro Fundador de la Red Mundial de Turismo Religioso, una distinción que reconoce el valor singular de su patrimonio espiritual y la calidad de sus iniciativas en torno al turismo de fe y a la identidad cultural.
En coherencia con esta proyección, Aragón se incorporó hace unos meses a la Red Mundial de Turismo Religioso como Comunidad Autónoma miembro, de la mano del proyecto “ARAGÓN CON ALMA”. Desde entonces, la Red y el Gobierno de Aragón trabajan mano a mano con diócesis, ayuntamientos, cofradías, hermandades y tejido social para poner en valor a sus mayores —la memoria viva de las tradiciones— y fortalecer una oferta que combina espiritualidad, cultura y desarrollo local sostenible. Esta integración consolida el liderazgo de Aragón en turismo religioso y multiplica las sinergias de difusión internacional del proyecto.
Pilar Valdés, directora general de la Red Mundial de Turismo Religioso señaló que “La incorporación de Aragón a la Red Mundial de Turismo Religioso nos permite alinear esfuerzos y dar un salto en promoción, profesionalización y accesibilidad de sus fiestas y rutas espirituales.”
Así, las Fiestas del Pilar 2025 no solo consolidan a Zaragoza como capital mundial de la devoción mariana, sino que sitúan a Aragón en el mapa global del turismo religioso. Cerca de dos mil años después de la aparición de la Virgen María al Apóstol Santiago sobre una columna —el Pilar— a orillas del Ebro, la tradición sigue viva y se renueva cada octubre en una celebración que une fe, tradición, emoción y comunidad. Un acontecimiento que demuestra que Zaragoza es, hoy más que nunca, el corazón espiritual de Aragón y uno de los destinos más inspiradores del mundo.