El viceprimer ministro y ministro de Exteriores y Turismo, Ian Borg, calificó la elección como un momento de orgullo nacional y una confirmación de la evolución de Malta como una voz de referencia en el ámbito turístico global. Borg señaló que esta cita ofrece una ocasión única para exhibir la riqueza patrimonial, la innovación y la hospitalidad que distinguen a Malta, además de favorecer sinergias entre operadores locales y grandes marcas internacionales. A su juicio, la Cumbre colocará a Malta en una posición de liderazgo en debates sobre sostenibilidad, participación comunitaria y resiliencia en el turismo, áreas que son clave para el desarrollo responsable del sector.
Por su parte, Gloria Guevara, directora general interina del WTTC, expresó su entusiasmo por trasladar la Cumbre a Valletta, a la que definió como “una de las capitales más bellas de Europa”. Guevara recalcó que el turismo constituye un pilar de la economía maltesa, proyectando que para este año el sector generará aportes por valor de 3 600 millones de euros, un 43,5 % más que en 2019. Además, estiman que el turismo sustenta uno de cada cinco empleos en el país, con un crecimiento del 18 % respecto a los niveles previos a la pandemia.
Carlo Micallef, consejero delegado de la Autoridad de Turismo de Malta, enfatizó que acoger la Cumbre es una declaración de intenciones sobre el papel que aspira a desempeñar el país en el turismo mundial. Más allá del impacto a corto plazo, sostuvo que el evento fortalecerá la reputación de Malta como un centro de excelencia turística con beneficios duraderos para la economía, el sector y la ciudadanía.
La elección de Malta para acoger este foro internacional aporta múltiples ventajas estratégicas. En primer lugar, permite mostrar al mundo los tesoros culturales, naturales y patrimoniales del archipiélago —sus ciudades históricas, sus paisajes costeros y su rica herencia mediterránea—, pero también su capacidad de innovación en ámbitos como la gestión de destinos, la digitalización y la sostenibilidad. En segundo término, el evento fomentará vínculos entre actores locales e internacionales, promoviendo alianzas y proyectos de inversión que podrían perdurar más allá de la Cumbre misma.
Desde el punto de vista económico, la llegada de delegados, expositores, medios de comunicación y visitantes de alto perfil generará un efecto multiplicador en sectores como alojamiento, restauración, transporte y servicios asociados. El impacto mediático derivado de una cita de este calibre contribuirá también a elevar la visibilidad de Malta como destino turístico, algo que podría traducirse en un aumento adicional del flujo turístico en años siguientes.
Uno de los retos esenciales será organizar un evento de gran escala que esté alineado con los principios de sostenibilidad y responsabilidad social que hoy demanda el turismo moderno. La apuesta por una logística eficiente, infraestructuras capaces y medidas de mitigación ambiental será clave para que la Cumbre no solo brille por su asistencia, sino también porque sirva como ejemplo de cómo articular el turismo con el bienestar social y ecológico.
Ya se anticipa que durante la Cumbre se debatirán temas esenciales como el turismo resiliente frente a crisis globales, la integración de la comunidad local, nuevas tecnologías aplicadas al sector, diversificación de mercados y la gobernanza política del turismo en países pequeños y medianos. Malta, como anfitriona, no sólo participará de esos debates, sino que tendrá la oportunidad de incidir en la agenda global y demostrar su capacidad de liderazgo.
La confirmación de esta Cumbre representa un hito en el recorrido turístico de Malta. Será la gran cita internacional que intensificará sus credenciales como destino contemporáneo, comprometido con la excelencia, la sostenibilidad y la innovación. La 26.ª Cumbre Global del WTTC en 2026 no solo atraerá atención y recursos a la isla, sino que proyectará un mensaje contundente: Malta no solo participa en la conversación global del turismo, sino que está preparada para marcar el rumbo.