Además de los 52 galardonados, otras 20 aldeas ingresaron al Programa de Mejora (Upgrade Programme), una vía de acompañamiento técnico para destinos con alto potencial que aún deben fortalecer criterios específicos. En total, 72 nuevas incorporaciones —entre reconocidos y en mejora— se sumaron este año a la Red de Mejores Pueblos Turísticos (BTV Network), que ya alcanza 319 miembros y funciona como una plataforma global de cooperación, aprendizaje entre pares y promoción de buenas prácticas. Este crecimiento consolida una comunidad diversa de destinos rurales que comparten desafíos y soluciones en temas como gestión de flujos, digitalización, medición de impacto y adaptación al cambio climático.
La edición 2025 exhibe una amplia representación geográfica. De Asia a Europa, de África a Oriente Medio y las Américas, los pueblos distinguidos reflejan la riqueza de modelos y enfoques: desde Koyasan en Japón, referente de turismo espiritual; Bled en Eslovenia, ejemplo de gestión paisajística y movilidad suave; y Chamarel en Mauricio, con un tejido de iniciativas comunitarias alrededor del patrimonio natural; hasta Masfout en Emiratos Árabes Unidos o Carlos Pellegrini, en Argentina, puerta de entrada a los Esteros del Iberá. La elección de estos destinos ilustra que no hay un único camino hacia la excelencia, sino múltiples estrategias que confluyen en un mismo propósito: colocar a la comunidad en el centro del desarrollo turístico.
En América Latina, la lista incluye a Aldea San Cristóbal (Guatemala), Antonio Prado (Brasil), Carlos Pellegrini y Maimará (Argentina), Murillo (Colombia) y Pacto (Ecuador). Estos pueblos comparten atributos como la valorización de su patrimonio cultural tangible e intangible, la conservación de entornos naturales estratégicos, la creación de experiencias de alto contenido local y la articulación público-privada para fortalecer servicios e infraestructura. Para la región, el reconocimiento supone visibilidad internacional, acceso a cooperación técnica y una oportunidad de consolidar productos turísticos sostenibles con mayor resiliencia frente a la estacionalidad.
El anuncio en Huzhou subrayó la dimensión colaborativa del programa: la Red BTV opera como laboratorio vivo de soluciones para destinos rurales que buscan profesionalizar su gestión, medir con rigor sus impactos y escalar iniciativas de inclusión. Al sumarse a la Red, los pueblos acceden a intercambio de metodologías, vínculos con expertos y socios, y a una narrativa global que distingue propuestas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en materia de empleo decente, igualdad de género, producción y consumo responsables, y acción por el clima. En ese sentido, los casos reconocidos muestran convergencias: fortalecen cadenas de valor locales, integran a artesanos y productores en la experiencia turística, impulsan movilidad y energía más limpias, y preservan la identidad como eje de competitividad.
Más allá del prestigio, el sello “Best Tourism Village” funciona como hoja de ruta. Es un estándar que orienta inversiones, incentiva la mejora continua y ayuda a construir confianza entre viajero y comunidad. Para los gestores públicos y privados, la edición 2025 deja un mensaje claro: el futuro del turismo rural no depende solo de atraer visitantes, sino de hacerlo con gobernanza participativa, datos para la toma de decisiones y una narrativa honesta capaz de traducir el orgullo local en experiencias memorables. El resultado —52 pueblos destacados y 20 en proceso de mejora— es un recordatorio de que la sostenibilidad, cuando se lleva al terreno con coherencia, también es un sólido diferencial de mercado.