Tormenta en los aeropuertos de EEUU por el parón presupuestario

11-10-25

El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos ya tiene un rostro visible: las pantallas de “delayed” en decenas de aeropuertos. La obligación de que los controladores aéreos sigan trabajando sin cobrar —al ser considerados personal esencial— está tensionando un sistema que ya arrastraba déficit de plantilla. El resultado: más demoras, ajustes de capacidad y episodios puntuales de operación degradada. Según cifras citadas esta semana por el Departamento de Transporte, la proporción de retrasos atribuibles a escasez de personal se disparó del 5% habitual al 53%, un salto que explica por sí solo el brusco deterioro de la puntualidad en la red. 

El impacto se ha notado en hubs y aeropuertos de alta densidad como Washington Reagan National, Newark y Nashville, donde se aplicaron programas de regulación del flujo con demoras promedio de entre media hora y más de dos horas, dependiendo de la franja. En Hollywood Burbank se registró un periodo prolongado con la torre sin dotación completa, obligando a coordinar operaciones en modo no controlado y generando demoras acumuladas. Estos episodios, aunque excepcionales, ilustran hasta qué punto cualquier merma en las salas radar o en las torres se traduce en cuellos de botella en tierra y secuencias más espaciadas en aproximación.