Bajo el lema “Reimagining Tourism Investment Models: Building Next-Generation Incentives”, los debates pondrán el foco en una cuestión clave que atraviesa a gobiernos y destinos: cómo transformar los esquemas tradicionales de inversión turística para ganar resiliencia y competitividad en el largo plazo. La agenda propone explorar el papel de las tecnologías emergentes para abrir nuevos mercados, los mecanismos para alinear capital público y privado con las hojas de ruta nacionales de transformación económica y, especialmente, la diversificación de fuentes y vehículos de financiación con el fin de fortalecer el tejido empresarial y elevar el impacto del turismo sobre el desarrollo local. No se trata solo de captar más recursos, sino de diseñar incentivos de nueva generación que activen cadenas de valor, distribuyan mejor los beneficios en los territorios y aceleren la transición hacia modelos sostenibles.
La Cumbre Ministerial llega en un momento decisivo para la industria, presionada por cambios geopolíticos, el desafío del clima y la velocidad de la innovación. En ese marco, WTM London aspira a ofrecer una hoja de ruta práctica, basada en experiencias transferibles y resultados medibles: desde estrategias para monetizar datos y talento, hasta marcos regulatorios que faciliten la inversión responsable, pasando por instrumentos de colaboración con banca de desarrollo, fondos soberanos y nuevos actores del capital turístico. Como subrayó Chris Carter-Chapman, director de WTM London, el objetivo es reunir a los decisores para compartir lecciones y aprovechar el turismo como fuerza positiva de desarrollo global, poniendo sobre la mesa soluciones que respondan a la urgencia del contexto y al potencial de la actividad para transformar economías.
El programa de WTM London 2025 refuerza esa ambición con una arquitectura de contenidos que articula la conversación de alto nivel con tendencias operativas. El mismo martes 4 de noviembre se celebrarán también los Foros de Sostenibilidad y de Geo-economía, espacios pensados para aterrizar la discusión en métricas de impacto, gobernanza y riesgos del entorno, y se presentará el nuevo WTM Global Travel Report, documento de referencia para planificar la temporada y anticipar movimientos de demanda. El miércoles tomará el relevo la tecnología con una cumbre específica, junto a una jornada dedicada a DEAI (diversidad, equidad, accesibilidad e inclusión), dos áreas que condicionan la reputación de los destinos y la productividad del ecosistema. La última jornada reservará protagonismo a la nueva generación con el Foro ITT Future You y pondrá foco en la captación de mercados con la Cumbre de Marketing, antes de una sesión magistral de clausura con un invitado especial aún por anunciar.
Más allá de los titulares, la relevancia de esta Cumbre Ministerial radica en su capacidad para alinear prioridades entre carteras de turismo, economía y hacienda, y para trazar puentes entre los países que compiten y, a la vez, comparten problemas estructurales: la necesidad de modernizar infraestructuras, profesionalizar pymes, digitalizar procesos, diversificar productos y gestionar mejor los flujos. En Londres convergerán ministros, reguladores y socios privados que buscan respuestas a preguntas concretas: cómo utilizar incentivos inteligentes para acelerar inversiones en sostenibilidad; qué instrumentos fiscales impulsan la reconversión de la planta alojativa; de qué manera se pueden aprovechar los datos de movilidad para descongestionar destinos y crear productos de alto valor; y qué alianzas favorecen una inserción más sólida en cadenas globales. Ese intercambio —con casos reales y métricas de retorno— explica por qué la convocatoria crece año tras año y por qué muchas decisiones estratégicas nacen o se validan en los pasillos de WTM.
WTM London 2025 no solo bate registros; redefine la conversación sobre inversión turística al pasar del cuánto y el dónde al cómo y el para qué. Con un formato que combina visión, evidencia y cooperación multinivel, la mayor Cumbre Ministerial hasta la fecha se perfila como el lugar idóneo para que los gobiernos actualicen sus marcos de incentivos, fortalezcan la colaboración público-privada y orienten el turismo hacia un crecimiento más innovador, inclusivo y resiliente. Para los destinos que aspiran a competir en calidad, diversificar su economía y blindar su futuro, Londres será el punto de encuentro para convertir las intenciones en agendas de acción.