De acuerdo con informaciones publicadas esta semana, el Consejo ha confirmado que está “considerando si establecer su sede” en Italia, España o Suiza, en línea con un calendario que prevé mantener el funcionamiento ordinario de sus programas y eventos durante la transición. La capital española aparece como candidata destacada, en parte por su conectividad internacional, ecosistema turístico maduro y proximidad a instituciones y asociaciones sectoriales europeas. En paralelo, se han abierto conversaciones internas para gestionar el impacto laboral en el equipo de Londres, incluida la posibilidad de despidos por razones organizativas.
Diversos medios británicos han relacionado el movimiento con el entorno regulatorio posterior al Brexit y sus implicaciones para entidades con alcance paneuropeo, una lectura que ha situado el debate más allá del plano corporativo para convertirlo en un tema de política industrial del Reino Unido. Si bien la organización no ha hecho público un razonamiento único y exhaustivo, el análisis coincidente en varias cabeceras sitúa el contexto europeo como un factor de peso a la hora de valorar la relocalización.
Para los miembros del WTTC —presidentes y consejeros delegados de aerolíneas, grupos hoteleros, turoperadores, empresas de cruceros, alquiler de coches, aeropuertos y distribución—, un traslado de sede podría traducirse en mayor cercanía con hubs empresariales y regulatorios del continente, así como en una plataforma más ágil para dialogar con instituciones europeas y redes internacionales. La propia composición global y multisectorial del Consejo le permite articular posiciones comunes del empresariado turístico e impulsar investigaciones que cuantifican el aporte económico y social de la actividad a escala mundial.
La reubicación no alterará, según se espera, el calendario de cumbres, informes y campañas que el WTTC lidera o coorganiza cada año, ni su propósito de defender políticas que faciliten la movilidad, incentiven la inversión y aceleren la sostenibilidad en destinos y empresas. En los últimos meses, la organización ha insistido en la necesidad de reforzar la competitividad turística mediante marcos fiscales y regulatorios estables, la atracción de talento y la colaboración público-privada, líneas de trabajo que previsiblemente ganarán tracción en la nueva etapa.
El proceso de decisión continuará en las próximas semanas con la evaluación comparada de las candidatas europeas y con el desarrollo de un plan de transición que atienda tanto la continuidad operativa como el acompañamiento a los equipos afectados. Mientras se definen los detalles finales, el WTTC mantiene el foco en su agenda sectorial y en el diálogo con sus más de 200 miembros, gobiernos y socios internacionales, reafirmando su papel como voz de referencia del sector privado turístico a nivel global.