Durante la firma del acuerdo, el ministro Collado subrayó que se trata de un paso histórico para la industria, al fijar un “nuevo estándar de accesibilidad universal” que aspira a irradiar buenas prácticas hacia otros polos del país. El acto contó con la presencia de los empresarios Andrés Fernández y Rafael Blanco, en representación del sector privado, lo que refuerza la visión de corresponsabilidad entre el Estado, los hoteleros y el tejido empresarial local. La Romana–Bayahíbe, además, ya venía posicionándose como destino comprometido con la calidad ambiental, con varias playas que han mantenido la certificación internacional Bandera Azul, un antecedente coherente con los criterios de seguridad, limpieza y accesibilidad que la distinción evalúa.
El alcance del programa trasciende la adaptación física de infraestructuras. Incluye la revisión de procesos, señalética clara y contrastada, menús accesibles, mejora de itinerarios peatonales, creación de rampas y plataformas, disponibilidad de sillas anfibias donde aplique, y capacitación del personal en atención inclusiva y protocolos de emergencia accesibles. La participación de entidades técnicas internacionales permitirá auditar avances y promover la estandarización de indicadores, favoreciendo que los logros sean medibles y comparables con otros destinos del Caribe y de Iberoamérica.
Bayahíbe no parte de cero. En los últimos años se han ejecutado intervenciones viales, de ordenamiento y embellecimiento del espacio público, esenciales para la movilidad segura y la conectividad entre comunidades y zonas hoteleras. Estas inversiones han contribuido a perfilar a Bayahíbe como un “destino modelo”, una base sólida para dar el salto hacia la accesibilidad integral. A futuro, el reto será consolidar corredores plenamente accesibles que conecten alojamientos, playas, restaurantes, museos, comercios, transporte y actividades de naturaleza, con una oferta informativa fiable para planificar viajes sin barreras.
El anuncio llega en un momento de fortaleza para el turismo dominicano, que se ha propuesto diversificar y sofisticar su producto, poniendo énfasis en la sostenibilidad, la seguridad y la inclusión. Convertir a La Romana–Bayahíbe en referente de accesibilidad posiciona al país en la vanguardia regional y aporta un argumento de valor para mercados emisores sensibles a la responsabilidad social y a las experiencias sin exclusiones. La política pública dominicana, cada vez más alineada con estándares internacionales, se beneficia del impulso reputacional y de la ampliación de la demanda potencial, al abrir el destino a millones de viajeros que requieren condiciones específicas para disfrutar del ocio y la cultura.
El siguiente paso será consolidar una hoja de ruta con metas verificables: número de establecimientos accesibles certificados, playas con equipamientos adaptados, personal formado, y sistemas de información actualizados y disponibles en formatos accesibles. La cooperación entre Mitur, asociaciones hoteleras y clústeres locales resultará clave para mantener el ritmo de implementación y extender el modelo a otros polos como Samaná, Costa del Ámbar, Miches o Santo Domingo Colonial. El liderazgo compartido demostrado en Bayahíbe constituye una prueba de concepto poderosa: cuando el sector público y el privado se coordinan con asesoría técnica especializada, la accesibilidad deja de ser un añadido y se convierte en el corazón de la competitividad turística.
Con esta declaración, República Dominicana envía un mensaje claro: el turismo del futuro será inclusivo o no será. La Romana–Bayahíbe abre camino con un modelo replicable que dignifica la experiencia de viaje, mejora la calidad del destino para toda la comunidad y coloca al país en la senda de un crecimiento más justo, sostenible y humano.