Aunque los partidos se disputarán únicamente en tres ciudades, el alcance de la estrategia es federal. Se planean festivales gastronómicos itinerantes como “México de mis Sabores”, que se llevará a cabo en espacios emblemáticos como el Campo Deportivo Militar Marte del 5 de junio al 22 de julio, incorporando propuestas culturales, artísticas y artesanales.
Además, se impulsarán rutas turísticas temáticas, se ejecutarán programas de embellecimiento en los Pueblos Mágicos y se promoverá un campeonato nacional de fútbol entre estas localidades, con el doble propósito de impulsar el turismo local y rescatar tradiciones deportivas y culturales. La propuesta busca que cada uno de los 32 estados del país se vea beneficiado directa o indirectamente por el denominado “Mundial para todo México”.
En cuanto a la infraestructura, la Ciudad de México prevé una inversión de 3 000 millones de pesos para modernizar el Estadio Azteca, que tras el torneo será transformado en un centro de convenciones internacional. Mientras tanto, Guadalajara trabaja en el diseño de nuevas rutas turísticas que ofrezcan experiencias más diversificadas, y Monterrey impulsa un plan enfocado en infraestructura, seguridad y reforestación con miras al Mundial y más allá.
La magnitud del evento —que contará con 48 selecciones, 104 partidos y la participación conjunta de tres países anfitriones— representa una oportunidad histórica para México, que será el único país en recibir por tercera ocasión un partido inaugural, tras las ediciones de 1970 y 1986. El torneo comenzará el 11 de junio de 2026 en el Estadio Azteca, y México albergará 13 partidos en total, incluyendo el esperado arranque del Mundial.
Más allá de los estadios y los goles, el Gobierno de México busca que lo que se construya y planee para el Mundial deje un legado permanente: infraestructura duradera, un turismo cultural reforzado y un sector privado como aliado estratégico para multiplicar los beneficios. En el contexto de una recuperación sostenida —donde el turismo ya alcanza cifras históricas como 45 millones de visitantes internacionales en 2024 y una aportación del 7‑8 % al PIB— esta estrategia refuerza la proyección global de México como uno de los principales destinos culturales, históricos y naturales del mundo.
La estrategia turística mexicana para el Mundial 2026 está diseñada para que cada rincón del país sume y trascienda: desde festivales gastronómicos y deportivos en los Pueblos Mágicos hasta la modernización de redes y recintos en las ciudades sede. El reto es monumental, pero también lo es la oportunidad: consolidar a México como una potencia turística y cultural que trascienda los límites del torneo para dejar una huella perdurable, vibrante y compartida en toda la nación.