Machu Picchu exige una gestión integral más allá del sensacionalismo

18-09-25

El reciente pronunciamiento de New 7 Wonders, que advierte sobre el riesgo de que Machu Picchu pierda su condición de una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, ha despertado titulares llamativos y cierta alarma en Lima y otros ámbitos del Perú. Sin embargo, más allá de los enfoques dramáticos que han predominado en algunos medios, la verdadera dimensión del problema trasciende la pérdida de un título simbólico. Lo esencial es la necesidad impostergable de una gestión integral, participativa y sostenible que garantice la preservación de este patrimonio universal frente a las presiones del turismo, las debilidades de coordinación institucional y las amenazas medioambientales.

Machu Picchu, ícono cultural y arqueológico que recibe cada año a millones de visitantes, es un tesoro que requiere una planificación mucho más sólida que la que se ha visto hasta el momento. La advertencia de New 7 Wonders no es un ultimátum caprichoso, sino un llamado a que todas las partes involucradas —el gobierno nacional, las autoridades regionales y locales, las comunidades indígenas que históricamente han convivido con el sitio y el sector privado— asuman un compromiso real y coordinado. Este compromiso implica políticas integrales de protección, restauración y administración responsable, capaces de preservar el valor histórico y cultural del santuario inca y, al mismo tiempo, de garantizar una experiencia turística que respete su fragilidad.