Vanessa Theuriau
Es éticamente aceptable el uso de recursos y de la institucionalidad de ONU Turismo para usos particulares
Vanessa Theuriau
Es éticamente aceptable el uso de recursos y de la institucionalidad de ONU Turismo para usos particulares
Vanessa Theuriau
Es éticamente aceptable el uso de recursos y de la institucionalidad de ONU Turismo para usos particulares
La reelección de Zurab Pololikashvili al frente de la Organización Mundial del Turismo (ONU Turismo) ha generado una creciente controversia internacional, especialmente en torno al uso intensivo de viajes oficiales y al aprovechamiento del reconocimiento de diversas personalidades políticas, deportivas y del ámbito empresarial en la promoción de su candidatura. En los últimos meses, la agenda del secretario general parece cuidadosamente diseñada para coincidir con países cuyos representantes integran el influyente Consejo Ejecutivo, el órgano clave que decidirá entre el 28 y el 30 de mayo próximos sobre su continuidad al frente de la organización.
Desde finales de 2024, Pololikashvili ha multiplicado de forma notable sus viajes internacionales, destacándose su participación en eventos de alto perfil celebrados en naciones con peso decisivo en la elección. Entre ellos, su presencia en China durante el Foro Económico Global del Turismo (GTEF 2024) en Macao fue especialmente significativa. Allí, además de lanzar mensajes sobre la recuperación del turismo global, mantuvo reuniones privadas con altos funcionarios y líderes empresariales chinos, lo que analistas interpretan como una maniobra diplomática clave para asegurarse el respaldo político de una de las principales potencias representadas en el Consejo Ejecutivo.
Un patrón similar se observó durante su presencia en la Feria Internacional de Turismo (FITUR), en Madrid, donde no solo encabezó la celebración del 50º aniversario de ONU Turismo, sino que anunció la apertura de una nueva sede institucional frente al estadio Santiago Bernabéu. Aunque fue presentado como un avance institucional, algunos sectores lo interpretaron como un gesto simbólico destinado a ganar respaldo del gobierno español, históricamente influyente dentro del organismo.
A la agenda de visitas estratégicas del actual secretario general de ONU Turismo se suma ahora una intensa ofensiva diplomática en el continente africano. En marzo de 2025, Zurab Pololikashvili visitó Marruecos, Sudáfrica, Tanzania, Ghana y otros países africanos que, casualmente, cuentan con derecho a voto en el Consejo Ejecutivo que se celebrará en mayo. En todos los casos, el denominador común ha sido el encuentro con ministros de Turismo y altos cargos gubernamentales, a quienes ha prometido futuras acciones que, según distintas fuentes, carecen de respaldo técnico y, sobre todo, de viabilidad económica, en un contexto marcado por la profunda crisis financiera que atraviesa la organización. Estas visitas se han interpretado como parte de una estrategia orientada a asegurar apoyos entre los países africanos con voto en el Consejo Ejecutivo, cuya influencia podría resultar clave en la elección de mayo.
Así mismo, el secretario general ha intensificado su agenda internacional con viajes a China, Japón, Lituania, Georgia, Brasil, República Dominicana, Uzbekistán y otros países con el mismo patrón que el utilizado en África. En las próximas semanas, tiene previsto desplazarse a Argentina y nuevamente a Brasil —actual país presidente del Consejo Ejecutivo—, así como a otras naciones latinoamericanas. En su visita a Argentina, estará acompañado por el director regional para las Américas, el argentino Gustavo Santos, una figura central en su estrategia para reforzar el respaldo en la región.
En paralelo, han generado críticas las frecuentes apariciones de figuras públicas con perfiles polémicos en eventos organizados o auspiciados por ONU Turismo. En particular, ha llamado la atención la presencia del expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en actos institucionales recientes. Zapatero es ampliamente conocido por su cercanía y defensa del presidente venezolano Nicolás Maduro y de su sistema político, lo que ha generado inquietud en sectores que cuestionan el tipo de referentes con los que la organización se asocia públicamente. Su presencia ha sido interpretada por algunos analistas como un intento de apelar a audiencias específicas dentro de América Latina, región clave en el equilibrio de poder dentro del Consejo Ejecutivo.
La constante inclusión de personalidades del ámbito político, empresarial, deportivo y cultural en actos oficiales ha generado suspicacias sobre un uso instrumental de la visibilidad institucional de ONU Turismo para proyectar la imagen del actual secretario general. Aunque estas figuras son presentadas como embajadores o aliados del turismo, su participación en eventos estratégicamente calendarizados —justo antes de decisiones cruciales— pone en duda la neutralidad del organismo.
Estas acciones han generado inquietudes sobre una posible utilización de los recursos institucionales para promover su candidatura. Diversos analistas y actores del sector turístico han advertido que estas prácticas podrían contravenir los principios éticos y de imparcialidad que deben regir la actuación de cualquier organismo de Naciones Unidas.
El patrón de comportamiento que se observa —con viajes oficiales concentrados en países con influencia directa en el proceso electoral— despierta dudas sobre si la organización está siendo usada como plataforma personal. Esto podría afectar seriamente la percepción de ONU Turismo como una entidad imparcial y al servicio de los intereses globales del turismo, y no de una agenda particular.
A medida que se aproxima la elección, crece la expectativa sobre cómo responderá el Consejo Ejecutivo ante estas críticas. No solo está en juego la continuidad de Zurab Pololikashvili, sino también la credibilidad, legitimidad y transparencia de ONU Turismo como organismo internacional comprometido con principios universales de buena gobernanza.
En este contexto, la estrategia electoral del actual secretario general deja abierta una inquietante pregunta: ¿Es éticamente aceptable que el líder de una organización internacional utilice recursos institucionales y eventos oficiales para reforzar su campaña de reelección? La decisión del Consejo Ejecutivo en mayo no solo definirá un liderazgo, sino que marcará un precedente sobre los límites éticos de la gestión en organismos multilaterales.
Autora: Vanessa Theuriau
Periodista y influencer
Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.
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