Arturo José Moreno Arrieta
La cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Turismo Sostenible
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Arturo José Moreno Arrieta
La cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Turismo Sostenible
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial la cooperación internacional se convirtió en el instrumento político por excelencia para mantener la paz y la seguridad internacionales, dando paso a la configuración de un nuevo orden que en lo económico se materializo con los acuerdos de Bretton Woods de 1944, y la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para el establecimiento de un sistema monetario internacional estable. En lo político se crea la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945.
En la construcción de la cooperación internacional fue imprescindible la suma de una sucesión de esfuerzos que no estuvo exenta de controversias y que, por supuesto incluyo un nuevo paradigma tanto en la planificación de políticas e instituciones, así como de incorporación y voluntad en todos los niveles. A pesar de que la reconfiguración posguerra se fundamentó en la cooperación, esta se generó al interior de una disputa entre potencias ganadoras que a la larga configuró el marco de la Guerra Fría.
El Plan Marshal concebido bajo la fuerte hegemonía estadounidense con la finalidad de reconstruir Europa, tuvo un enorme éxito que generó un creciente interés por la creación de programas similares para ayudar en otras regiones del mundo, convirtiéndose en un referente de cooperación, En ese escenario, el presidente de los Estados Unidos Harry S, Truman pronunció un discurso el 20 de enero de 1949 (conocido como el Punto IV). En este pone como ejemplos de progreso industrial a su país y a Europa, haciendo un llamado a compartir ese progreso económico y social con las regiones más atrasadas del mundo. Estas palabras transformaron la percepción del mundo dividiéndolo en dos categorías: desarrollo y subdesarrollo. En consecuencia, la cooperación internacional se transformó en las relaciones internacionales para vincularse con los principios del desarrollo y se crea la Cooperación Internacional para el Desarrollo, cuyo objetivo es alcanzar el desarrollo.
Alentados por el gran éxito de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) creada en 1948 para administrar la ayuda del Plan Marshall. Estados Unidos y Canadá se unieron a los miembros de la OECE, con la perspectiva de ampliar su trabajo a nivel mundial y firman una nueva Convención el 14 de diciembre de 1960 creando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El 5 de octubre de 1961 se realiza la primera reunión del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), organismo del sistema de la OCDE encargado de la orientación, seguimiento y análisis de las políticas públicas de ayuda al desarrollo, dentro de sus funciones destaca el seguimiento al cumplimiento de la contribución del 0,7% de la RNB por parte de los países miembros de la OCDE, que fue establecida en Naciones Unidas a partir de 1970
En marzo 1961 el presidente de Los Estados Unidos John F. Kennedy lanzó el denominado programa Alianza para el Progreso, dando respuesta a las demandas que desde varios foros se habían hecho, durante los años 50 reclamando un plan para apoyar el desarrollo en América Latina, además de dar un fuerte impulso a las ideas sobre desarrollo generadas desde la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) desde finales de la década de los 40. Aunque la ALPRO fracaso por no conseguir alcanzar los objetivos de desarrollo en la región dejo un legado en América Latina, gracias a su estimulo se pusieron en marcha reformas institucionales. Innovaciones en políticas públicas y cambios significativos en cómo abordar los obstáculos al desarrollo. En noviembre del mismo año se crea la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por sus siglas en ingles.
La OCDE, el CAD y la política de ayuda al desarrollo surgieron del orden mundial creado al final de la II Guerra Mundial, donde la política de cooperación se centraba en transferencias de países del Norte hacia países del Sur sobre la base del modelo de países desarrollados y países subdesarrollados, donde el desarrollo estaba enfocado en el crecimiento económico. Indiscutiblemente después de más de seis décadas, la política de cooperación al desarrollo ha evolucionado adaptándose a las grandes y profundas transformaciones que ha experimentado la comunidad internacional, el surgimiento de nuevos actores, así como las crecientes demandas de los países del Sur por establecer relaciones más horizontales y con mayor relevancia en la agenda global.
En este nuevo contexto la cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Caribe está en pleno proceso de redefinición, para lo cual cuenta con la madurez que le da toda la experiencia y los aprendizajes acumulados durante décadas. Aunque se evidencia una disminución significativa de algunos actores de la cooperación internacional en la región, por otro lado, se ha intensificado el trabajo para fortalecer un modelo basado en la cooperación triangular, la horizontalidad y donde el conocimiento, el aprendizaje y la innovación son prioridad. Estimulando las alianzas entre los actores diversos, donde hay países socios que son fuente de conocimiento e innovación y países socios receptores de esos conocimientos,
Los países de América Latina y el Caribe en su mayoría se encuentran en una transición hacia niveles de ingresos altos y en consecuencia están dejando de ser receptores de ayuda para transformarse en contribuyentes, con una creciente influencia y gran protagonismo en la agenda de sostenibilidad mundial, asumiendo retos como actor del desarrollo (CEPAL, 2018). Para estas economías que se encuentran en un proceso de desarrollo en transición es fundamental que el diseño de herramientas para la construcción de una cooperación para el desarrollo tenga en consideración los siguientes principios:
Primero, considerar nuevos criterios para medir el desarrollo, definitivamente el ingreso per cápita y sus mediciones de crecimiento no reflejan apropiadamente el grado de desarrollo de un país. Se trata de pasar del enfoque de la graduación al enfoque de la gradación. Segundo, las estrategias de cooperación y la orientación del desarrollo deben vincularse a estrategias nacionales y reflejar un enfoque multidimensional. Tercero, el enfoque de la agenda multilateral debe basarse en la Agenda 2030, de esta forma se promueven más y mejores bienes públicos globales. Cuarto, el enfoque de la gobernanza y el financiamiento de la cooperación debe trascender la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) e incluya múltiples niveles, tomando en cuenta la cooperación Sur-Sur y triangular, así como una cooperación horizontal que comprenda distintos niveles de gobierno. Por último, la cooperación internacional debe ir más allá de los instrumentos tradicionales e incluir modalidades como instrumentos innovadores de intercambio de conocimientos, creación de capacidad y transferencia de tecnología. (CEPAL, 2018)
Desde la creación de la ONU, se iniciaron acciones con la finalidad de crear un organismo encargado del turismo en el mundo y así surge la Unión Internacional de Organismos Oficiales en Turismo (UIOOT) que evolucionó hasta dar paso a la Organización Mundial del Turismo (OMT) cuyos estatutos fueron aprobados en la Asamblea General celebrada El 27 de septiembre de 1970 en México DF (México).
En 1975 se firma el Acuerdo entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la OMT que actuará como organismo de ejecución del PNUD para la realización de las actividades de cooperación técnica en conjunto con los Gobiernos. En las siguientes décadas el turismo se fue consolidando entre las diferentes agencias e instituciones internacionales con competencia en el desarrollo como una actividad económica capaz de generar beneficios en las dimensiones económica, social y ambiental y por ende contribuir en la solución de problemas vinculados a la pobreza y la exclusión.
En la actualidad la ONU Turismo junto a otras instituciones internacionales trabaja en la elaboración de instrumentos para facilitar a los países la alineación de las actividades turísticas con las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030), un ejemplo muy reciente de esto es la publicación de la guía denominada, Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través del Turismo, Toolkit con Indicadores para Proyectos (TIPs). Esta guía es producto de un intenso trabajo con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), Además la ONU Turismo brinda apoyo a los gobiernos para mejorar la competitividad del sector turístico, reforzar la capacitación técnica, promover la inversión e impulsar la innovación en el sector.
Por su parte la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) elaboró Las Líneas Estratégicas sobre Turismo y Desarrollo Sostenible en Iberoamérica (LETDSI), que forman el marco de referencia para la región, con diez ejes de actuación, para promover un desarrollo sostenible a través del turismo. También La SEGIB con el apoyo de ONU Turismo han elaborado un estudio reciente denominado: La Integración de la Agenda 2030 en la Política Turística en Iberoamérica. Los casos de Chile, Colombia, México y República Dominicana. Este busca una compresión sobre cómo se están integrando los ODS en las políticas de turismo de los países iberoamericanos e identificar las acciones positivas que sean susceptibles de ser replicadas entre países.
Autor: Arturo José Moreno Arrieta
Consultor y asesor internacional
Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.
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