Cecilia Mozzoni
Lujo con sentido: el nuevo turismo que busca paz, autenticidad y bienestar
Cecilia Mozzoni
Lujo con sentido: el nuevo turismo que busca paz, autenticidad y bienestar
Cecilia Mozzoni
Lujo con sentido: el nuevo turismo que busca paz, autenticidad y bienestar
En 2025, el turismo de lujo atraviesa una profunda transformación, marcada por la creciente demanda de experiencias auténticas, sostenibles y emocionalmente significativas. Atrás ha quedado la imagen tradicional del viajero exclusivo que solo busca confort material y ostentación. En su lugar emerge un perfil mucho más consciente y selectivo, dispuesto a invertir en viajes que le ofrezcan no solo descanso y comodidad, sino también reconexión consigo mismo, con los demás y con la esencia cultural y natural de los destinos que visita.
Un estudio reciente publicado por Expedia Group bajo el título “Unpack ‘25” revela que el 63% de los viajeros de lujo prefiere visitar lugares tranquilos, menos masificados y con identidad local. Además, el 62% afirma que su principal motivación para viajar es reconectar con sus seres queridos y consigo mismos, alejándose de la rutina diaria y de la hiperconectividad digital que caracteriza la vida moderna. Esta tendencia representa un cambio estructural en el comportamiento del consumidor de alta gama, que ya no se conforma con el lujo superficial, sino que busca experiencias que tengan un valor emocional, espiritual y, muchas veces, transformador.
En este contexto, Perú se posiciona como uno de los destinos mejor preparados para acoger este nuevo tipo de turismo. Su diversidad geográfica, la riqueza de sus ecosistemas, su herencia cultural milenaria y su reconocida hospitalidad lo convierten en un lugar ideal para quienes desean vivir experiencias auténticas en un entorno que respeta la naturaleza, la historia y la comunidad local. Desde estancias ecológicas en plena Amazonía hasta retiros de bienestar en el Valle Sagrado de los Incas, pasando por experiencias gastronómicas exclusivas en Lima o travesías por la Ruta Moche en la costa norte, el país ofrece un abanico amplio y sofisticado que responde a los intereses del viajero que prioriza el bienestar y la autenticidad sobre el lujo ostentoso y repetitivo.
Una de las tendencias emergentes más influyentes dentro de este nuevo paradigma se conoce como “JOMO Travel”, acrónimo de Joy of Missing Out, o la alegría de perderse cosas. Frente al fenómeno social del FOMO (Fear of Missing Out), que empuja a los individuos a estar constantemente conectados y pendientes de lo que sucede en redes sociales, el JOMO propone una actitud contraria: disfrutar del presente sin presión, valorando los momentos de desconexión y silencio como fuente de placer y renovación. En el sector turístico, esta actitud se traduce en una preferencia por los destinos que promueven la tranquilidad, el descanso y el contacto con la naturaleza. Perú, con sus paisajes diversos que van desde el altiplano andino hasta la exuberancia de la selva amazónica, ofrece múltiples oportunidades para practicar este estilo de viaje consciente.
Otra corriente que está redefiniendo el turismo de lujo es el “Slow Luxury”, que promueve la desaceleración, la profundidad en las vivencias y la valoración de lo artesanal y lo local. Lejos de la lógica del consumo rápido y la acumulación de experiencias vacías, este enfoque busca crear momentos únicos, personalizados y responsables. En Perú, esta filosofía se manifiesta en hoteles boutique construidos con materiales locales, en talleres de cerámica tradicional con maestros artesanos, en comidas preparadas con ingredientes nativos cultivados de forma sostenible, y en recorridos a pie por comunidades que abren sus puertas al visitante con orgullo y autenticidad. Se trata de un lujo pausado, donde lo importante no es la cantidad sino la calidad de cada instante.
El bienestar personal también se ha convertido en una prioridad para los viajeros de lujo. La tendencia del “Wellness Luxury” o lujo de bienestar refleja una creciente necesidad de equilibrio físico, mental y emocional. Los viajeros buscan lugares que les ofrezcan espacios para el cuidado personal, pero sin perder la conexión con lo local. No se trata de repetir los mismos spas de siempre, sino de integrar prácticas de sanación tradicionales, como los baños de florecimiento amazónicos, las sesiones de meditación en espacios naturales sagrados o las terapias con ingredientes andinos ancestrales. En Perú, cada vez más centros turísticos incorporan programas integrales que combinan alojamiento de alta gama, cocina saludable, actividades físicas y espirituales, y propuestas de reconexión con el entorno natural.
La sostenibilidad también se ha convertido en un criterio fundamental en las decisiones de los viajeros de lujo. Ya no basta con tener un resort elegante; ahora es imprescindible que ese establecimiento esté comprometido con la protección del medio ambiente, la integración social y el respeto por la cultura local. En este sentido, muchas iniciativas peruanas están liderando el camino. Hoteles en la región de Cusco trabajan con comunidades para promover el turismo vivencial de lujo; en la Amazonía, lodges sostenibles capacitan y emplean a pobladores locales, y en Paracas, empresas turísticas invierten en conservación marina y educación ambiental. Este nuevo lujo no solo proporciona una experiencia memorable al viajero, sino que genera beneficios concretos para los territorios que lo reciben.
Según el mismo informe de Expedia, los consumidores jóvenes, especialmente los pertenecientes a la generación millennial y a la generación Z, están impulsando estas transformaciones. Se estima que el gasto en experiencias de bienestar ha crecido un 15% en el último año, mientras que el turismo de lujo tradicional ha aumentado un 12%. Esta evolución demuestra que el lujo, lejos de desaparecer, se está reinventando. Ahora está más vinculado al propósito, al equilibrio, a la experiencia humana que a los objetos materiales o los destinos de moda.
El Perú, en este nuevo escenario, no solo se consolida como un destino atractivo, sino que tiene la oportunidad de liderar un modelo de turismo regenerativo de alta gama, donde el viajero no solo recibe, sino que también aporta. Donde el viaje no solo deja recuerdos, sino también una huella positiva en la comunidad y en el medio ambiente. Este modelo exige políticas públicas coherentes, inversión estratégica en infraestructura sostenible, formación especializada del capital humano y una narrativa de marca país que resalte los valores de autenticidad, respeto y bienestar.
El turismo de lujo con sentido se ha convertido en una oportunidad para redefinir no solo lo que significa viajar, sino también cómo queremos habitar el mundo. Ya no se trata de cruzar fronteras físicas, sino de abrirse a nuevas formas de ver y sentir. En ese camino, Perú tiene mucho que ofrecer. Con su historia viva, su diversidad cultural, su geografía imponente y su compromiso creciente con la sostenibilidad, es capaz de ofrecer al viajero una experiencia única, transformadora y profundamente humana.
Autora: Cecilia Mozzoni
Profesora de estudios superiores de turismo
Universidad de Milán
Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.
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