Juan Carlos Rico

Turismo: ¿hacia el consumo de la cultura?

Otros artículos del autor: Museos, ¿podría ser así?

Juan Carlos Rico

Turismo: ¿hacia el consumo de la cultura?

(proyecto en fase de investigación)

Primera parte: Los preámbulos

El título de este texto comienza con el confuso título de consumo cultural, ya que en realidad parecen dos conceptos opuestos. Aun así lo mantengo pues preveo que, lamentablemente en los años que se avecinan, la cultura se va a acercar a los principios del consumo, lo que va a significar la pérdida de su esencia. Pero vayamos por partes

¿Qué entendemos por consumo? Si nos referimos a su definición y significado es: la acción de consumir alimentos, bienes o energía y , más concretamente, utilizar y/o gastar un producto, un bien o un servicio para atender necesidades humanas tanto primarias como secundarias. En ambos casos parece que nos habla de un proceso cerrado, con un principio y un final, donde desaparece definitivamente el alimento, el bien o la energía.

¿Qué entendemos por cultura? Esté término es mucho más complejo de abarcar, como lo demuestra su empleo a lo largo de la historia. Así lo explicaba yo en el libro Arte, ciencia y filosofía: tres procesos íntimamente relacionados:

En estos momentos, realizando estudios sobre antropología, me ha llamado la atención que el concepto de cultura es algo muy complejo, extremadamente permeable y totalmente inabarcable por definir de alguna manera, aunque podría añadirse otros muchos adjetivos. Me da la impresión de que su significado, que parece que todos intuimos, es mucho más nebuloso de lo que parece a primera vista.

Consumo cultural llega a ser definido como “el conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica.

Para Bourdieu, el término “consumo cultural” alude a una lógica específica de los bienes económicos, en donde el consumo es la forma de apropiación de los bienes culturales por parte de los agentes sociales.

Los factores culturales que influyen en el comportamiento del consumidor se refieren a las costumbres, tradiciones, estilos de vida, incluso, al territorio que ocupan los consumidores que de alguna manera impactan en la forma en cómo se relacionan con marcas, productos y servicios.

La dificultad de compaginar los dos términos / conceptos

En todo caso y a pesar de la no definición del concepto de cultura, parece claro, al menos en mi pensamiento, que la diferencia fundamental es que esta última es un proceso abierto, lo que quiere decir que crece o disminuye con el paso del tiempo, que su repetición es siempre diferente y que nunca y, esto es lo importante, nunca se acaba, es ilimitada. Pensemos en la música, en la literatura y en el arte, cada vez que nos enfrentamos a ellos adquirimos nuevas sensaciones y conocimientos.

¿Cómo puede encerrarse un proceso tan amplio en algo tan cerrado como es el consumo?, esta es la pregunta fundamental en la que hay que centrarse. Y asociada a esta otra muy importante, que estoy convencido que se hacen muchas instituciones y empresas: ¿Puede la cultura ser rentable económicamente?

Una obra de ficción para intentar explicarlo

Pasé mucho tiempo pensando, leyendo e investigando sobre todo ello, pero no lograba llegar a unas directrices claras de cómo podía ser el proceso y, para ello, animado por unos alumnos, recurrí a desprenderme de la normativa rígida de los caminos de la investigación y pasarme, a la liberada ficción donde nada me ataba. Aunque parezca una frivolidad, esta huida hacia adelante, la había aplicado en otros casos, descubriendo que la falta de impedimentos y la libertad total de movimientos, me generaban ideas que jamás, en los caminos más científicos, hubiera previsto y eran perfectamente aplicables posteriormente al proceso. 

La ficción, como la utopía y la reciente inteligencia artificial ( bien entendida), te aleja del problema, te hace verlo desde arriba y te da claves que no había observado dentro del bosque, moviéndote entre los árboles (Océanos de sal)

Evidentemente son ideas parciales, que no dan una solución global paro que amplían las hipótesis de la investigación. He hablado mucho en diferentes universidades, sobre la relación de la ficción y la investigación, ya que pueden ambas retro alimentarse y, animo a los jóvenes investigadores, que no tengan prejuicios al respecto, sobre todo cuando están parados por altos muros difíciles de saltar.

Viajar: El enunciado del problema

Me parece importante hablar del tema de los viajes, ya que ellos son la avanzadilla del consumo cultural, lo están empezando a aplicar y nos va enseñando, todavía tímidamente, en lo que puede ser en unos años, el consumo aplicado a todos los campos de la cultura. Así enunciaba yo el problema en mi blog: VIAJAR

Sin lugar a duda, es un gran avance que, cada vez más personas, puedan desplazarse a lo largo y ancho de la tierra y puedan tener el placer de conocer otros paisajes, otras formas de vida, en definitiva, otras culturas, con lo que de aprendizaje y tolerancia conlleva.

Pero empieza a comprobarse, lamentablemente, que el resultado, está siendo bien diferente: deterioro de entornos naturales, cierre de monumentos por imposibilidad de mantener su adecuada conservación y, lo que es más preocupante: la banalización de la cultura en todos sus aspectos, reducida a imágenes de móvil y meros souvenirs para la estantería del salón.

Dicen que hay personas que han estado en el bar de abajo y cuando lo cuentan, parece que han llegado de la India y, otras, que al venir de la India parece que acaban de llegar del bar de abajo. Últimamente, solo me encuentro con estas últimas.

Segunda parte: Consumo cultural: problemas espaciales y técnicos

Un problema insoslayable

Últimamente observamos muchos artículos y publicaciones sobre los problemas que está trayendo el turismo masificado causado por muchos parámetros: aumento nivel económico, globalización, facilidad en el transporte, etc., lo cual, en principio, es una buena señal de la eliminación del elitismo en este campo, aunque, no debemos engañarnos, siguen siendo las clases privilegiadas y la niveles altos de la media, los únicos que participan de esta actividad, salvo en las últimas planificaciones de la sociedad China.

El problema ha surgido como siempre: la sociedad se ha visto sorprendida sin ningún tipo de previsión de algo que se venía anunciando desde el último tercio del siglo pasado.

Curiosamente las primeras intervenciones provienen del mundo de la filosofía y la sociología, con dos características específicas:

Unas recientes visitas y análisis de los Foros de Roma, La Ciudad Prohibida de Pekín y Santa Sofía en Estambul, me ha traído a primera línea de reflexión sobre la manera que tenemos de enseñar el patrimonio y el arte, asunto que me ha preocupado fundamentalmente en mi trabajo de investigación, como ha quedado reflejado en muchos textos, aunque centrado específicamente en los museos, pero creo que aplicable al campo de la cultura tanto a nivel teórico como práctico.

Pero a mí no me interesa el análisis de las causas, que como ya he indicado, está siendo ya estudiado; lo que pretendo es profundizar en las consecuencias desde un punto de vista pragmático, lo que no quiere decir que tenga las soluciones, simplemente es una nueva información que complementa las causas y que nos puede acercar más a enfrentarnos con el problema con mayor eficacia.

Líneas de trabajo de carácter técnico:

1. Aforos y espacios. Solucionar por un lado las limitaciones físicas del espacio (en determinados momentos hay imposibilidad de moverse con la mínima amplitud requerida). No es lo mismo espacios cerrados que abiertos.

2. El tiempo en segundo lugar, estudiando la duración y los descansos (a veces no solo físicos) proponiendo la oportunidad de paradas en lugares apropiados dentro del recorrido, ya que no son respetados los estudios sobre atención – tiempo, etc. El visitante debe tener la posibilidad de planificarlo; ha de ser activo.

3. Y, por último, analizar el contenido: ¿qué temas se deben priorizar?, ¿cómo se debe explicar? ¿y jerarquizar?, ya que, normalmente, las personas tienen un conocimiento muy parcial y distorsionado de lo que van a ver y es importante que se fueran con unos conceptos generales que persistan en su memoria establemente y puedan completar, si lo desean, individualmente en su entorno.

La información. Establecer una base en la visita. Enseñar a utilizarla, el uso de internet. La autonomía del visitante.

4. Grupos y menús. Con la idea de aprovechar al máximo el tiempo, se diseñan unos programas que podrían definirse en: cada vez más en cada vez menos, haciendo caso omiso a los estudios de asimilación cognitiva. Una reflexión sobre las experiencias de los menús planteados a principios del siglo XX en los museos nos debía hacer pensar: ¿es posible su aplicación a otros ámbitos, como la ciudad, los monumentos, los centros históricos?

5. Consumo cultural y consumo material. A pesar de no haber tiempo siempre lo hay para comprar y ver espectáculos. Paradas obligatorias, folclorismo falso.

La actitud del viajero, una aproximación sociológica

6. ¿De dónde viene el afán de verlo todo, como ya hemos comprobado en los museos?

7. El testimonio antes que el disfrute. Viajar a través del ojo de una cámara: el documento de verificación: los selfis.

Tercera parte: Tres propuestas contra el consumo cultural

(LIME. Laboratorio de investigación y experimentación museográfica)

1. Otra manera de visitar un museo. ¿Qué van a hacer estas instituciones? (En busca de una nueva tipología)

Durante cinco años, tuve el enorme privilegio, de poder dirigir unas visitas, con absoluta libertad, como parte del proyecto de investigación. Se trataba de enseñar el edifico de un museo (Museo del Traje) desde el punto de vista arquitectónico. Eran grupos pequeños ya que nos movíamos por todo el edificio, incluidos almacenes, talleres de restauración e instalaciones y teníamos que cumplir una serie de reglas por temas de seguridad. Se hacía fuera de las horas de trabajo, para evitar interferencias. Se adjunta texto en PDF de la conferencia sobre este tema. (Tardes de Arquitectura)

Se trataba de investigar otras formas de visita a un edificio, quizás no directamente trasladables, pero si provocadoras de una reflexión, a otros campos.

¿Es posible elegir?, sobre la flexibilidad del programa y del tiempo

Los límites de la autonomía del público. Las posibilidades del cambio puntual en la visita junto a programas específicos (edad/ conocimientos)

2. Sobre las posibilidades de conocer una ciudad (De consumir a pasear, de fotografiar a observar)

También incluyo dos conferencias de nuestras investigaciones en el LIME, ( Otra ciudad y La cultura y el arte como herramienta social), en donde intentamos reflejar, desde puntos de vistas diferentes, diferentes propuestas realizadas por diferentes equipos de alumnos de diversas universidades y países: la cuidad como objeto, como soporte y como contenedor expositivo.

3. Frente a un monumento y un centro histórico (La integración de las partes)

Es sumamente interesante comprobar como el visitante acepta en los monumentos y en los centros históricos de las ciudades, la integración de diferentes épocas y estilos sin ningún temor, mientras exige, paradójicamente, que no se toquen los monumentos y, todavía menos, que se coordinen con arquitectura contemporánea. ¿A qué se debe esta actitud tan contradictoria? Es un tema que nos preocupa mucho en el proyecto de investigación.

Reflexión final: ¿Qué podemos hacer?

Independientemente de su posible idoneidad futura (solo el tiempo lo confirmará), estos experimentos pretenden abrir nuevas vías para evitar que el turismo caiga en esta deriva de mero consumo, al que parece inexorablemente abocado y el aprendizaje del viaje, se reduzca a una serie de objetos en la estantería.

Es un problema muy complejo en el que todos los implicados deberíamos dedicar todos nuestros esfuerzos, con el fin de intentar recuperar la riqueza y amplitud de la CULTURA con mayúsculas, ya que sin ella nos convertiremos en nada, en una simple imagen perdida en la memoria del teléfono móvil.

Bibliografía

Autor:

Juan Carlos Rico es doctor en arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Historiador de arte por la Facultad de Historia de la Universidad de Salamanca, Sociólogo y Filosofo por la UNED. Realiza en estos momentos estudios de Antropología social. Conservador de museos Coordina un equipo multidisciplinar para la investigación del hecho expositivo y su relación con el espacio, que ha quedado reflejado en diversas publicaciones.

Proyecto de investigación 1986-2022

https://jcr21office.blogspot.com/2019/01/proyecto-de-investigacionmuseografica.html

Bibliografía temática. Libros, artículos y conferencias 1986-2022

https://jcr21office.blogspot.com/2019/09/bibliografia-tematica-librosarticulos.html

De acuerdo con los programas de la Unión Europea, el ICOM (International Council of Museums) y el ILAM( Instituto Latinoamericano de Museos) realiza talleres en diversas universidades Europeas y americanas, de las que además es profesor habitual.

http://jcr21office.blogspot.com.es/j 

Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.

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