Kyo Ng
Hecho por la naturaleza: Cómo los materiales locales están dando forma al diseño moderno, desde la gastronomía hasta la decoración
Kyo Ng
Hecho por la naturaleza: Cómo los materiales locales están dando forma al diseño moderno, desde la gastronomía hasta la decoración
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Kyo Ng
Hecho por la naturaleza: Cómo los materiales locales están dando forma al diseño moderno, desde la gastronomía hasta la decoración
Hay una calma particular que se instala cuando entras en un espacio creado con intención. Ya no se trata de gestos grandiosos ni de perfección pulida. Se trata de simplicidad, textura y una profundidad silenciosa que te invita a respirar un poco más lento. Los materiales naturales, cuidadosamente seleccionados y bellamente elaborados, están redefiniendo la manera en que percibimos y sentimos nuestro entorno.
El diseño moderno se está alejando de lo sintético y abrazando lo auténtico. Los materiales que nos rodean empiezan a contar historias: historias sobre el lugar, las personas y los procesos. Ya sea la suavidad pálida de la madera de hinoki japonesa o la calidez táctil de la arcilla británica, la nueva estética gira en torno a la conexión: conexión con la artesanía, con la historia y con la propia tierra.
La madera de hinoki, venerada en Japón durante siglos, ha estado desde siempre asociada con templos, baños y lugares de contemplación. Con su aroma sutil y su tono dorado, introduce una sensación de serenidad dondequiera que se utilice. Los diseñadores de hoy no se sienten atraídos solo por su belleza, sino por su presencia emocional. Combinada con linos suaves, cerámicas sin esmaltar o detalles en hierro oscuro, crea un puente entre el minimalismo tradicional y la calidez contemporánea.
En el Reino Unido, una apreciación similar por la imperfección táctil está reavivando el interés por la arcilla británica. Donde antes los cuencos de bordes toscos y los azulejos de tonos terrosos podían considerarse demasiado rústicos, ahora se celebran precisamente por eso. Responden a un deseo creciente de autenticidad: objetos que muestran con orgullo su origen. Una vasija hecha a mano o un azulejo ligeramente irregular no es un defecto. Es una huella, una firma del tiempo y la destreza.
Esta filosofía del diseño —orgánica, pausada y basada en la artesanía— no se limita a lo que vemos en nuestros hogares. Está influyendo en cómo comemos, compramos y vivimos el día a día. A medida que la sostenibilidad y la conciencia plena siguen moldeando las decisiones de consumo, se percibe un cambio notable en los hábitos de vida en ciudades como Londres, donde incluso la escena gastronómica se está reimaginando bajo esta misma mirada.
Tomemos, por ejemplo, el silencioso auge del sushi en Hampstead. No es solo una tendencia gastronómica. Es un marcador cultural. En muchos de estos restaurantes íntimos, el diseño del espacio es tan intencionado como los propios platos. Mostradores de madera natural, cuencos hechos a mano y el suave sonido del agua fluyendo no son solo detalles de fondo. Son parte de la experiencia. Todo se siente cuidadosamente orquestado: desde la iluminación hasta el ritmo del servicio. Es una comida pausada, enraizada en la tradición pero adaptada a la sensibilidad moderna.
Lo llamativo es cómo este deseo de detalles con sentido se extiende más allá de los restaurantes hacia los rituales cotidianos. Vivir con diseño ya no se reserva solo para ocasiones especiales. Se está convirtiendo en el telón de fondo de la vida diaria, desde cómo amueblamos nuestras habitaciones hasta cómo preparamos una comida para llevar.
Y ahí es donde algo tan discreto como una caja bento londinense se vuelve inesperadamente poderosa. Estas comidas, proporcionadas con equilibrio y cuidado, ofrecen más que conveniencia. Representan un estilo de vida. La propia caja se convierte en un objeto de belleza: fabricada de forma sostenible, a menudo con materiales que reflejan los valores de la comida en su interior. Un buen bento no se improvisa. Es un momento de nutrición y equilibrio cuidadosamente ensamblado, y refleja el mismo espíritu que está moldeando los interiores: menos ostentación, más sentimiento.
Esta interconexión entre gastronomía y diseño no es casual. Proviene de un movimiento más amplio hacia una vida consciente. Las personas quieren que sus entornos y experiencias signifiquen algo. Y cuando empiezas a notar cómo se siente tu taza de té en la mano, o cómo corre la veta de la madera sobre tu mesa, cambia la manera en que te relacionas con los objetos que usas cada día.
Incluso en el mundo de los accesorios para el hogar y el diseño a pequeña escala, esta filosofía está cobrando fuerza. Cada vez más personas optan por comprar menos cosas, pero de mayor calidad. Artículos elaborados por artesanos, con materiales naturales y métodos tradicionales, están comenzando a reemplazar lo producido en masa. Es un cambio de mentalidad tanto como de estilo. Calidad sobre cantidad. Historia sobre novedad.
También hay un elemento de sostenibilidad que no puede pasarse por alto. Los materiales locales y los productos artesanales suelen tener una huella ecológica más ligera. Pero más allá de eso, están hechos para durar. Y cuando un objeto tiene una historia detrás, cuando sabes quién lo hizo y cómo, es mucho más probable que lo valores. Que lo repares. Que lo heredes.
Comer, decorar, vivir… ya no son actividades separadas. Están convirtiéndose en una expresión continua. Un cuenco hecho a mano sobre una estantería de cedro. Una servilleta de lino doblada junto a un plato de maki. No son solo decisiones estéticas. Son elecciones culturales. Y reflejan un anhelo de desacelerar, de reconectar y de encontrar sentido en lo cotidiano.
En un mundo que se mueve rápido y olvida aún más rápido, estos pequeños momentos de vida consciente destacan. Nos invitan a hacer una pausa, a tocar, a observar. Ya sea a través de la pátina cálida de un plato de arcilla o de los ingredientes cuidadosamente dispuestos en una fiambrera, el mensaje es claro: la belleza real está en lo hecho a mano, lo local, lo pensado.
Este es el nuevo lujo. No ruidoso, sino duradero.
Autor: Kyo Ng
El Sr. Ng fue anteriormente chef pastelero en TAKU, un restaurante Omakase con estrella Michelin en Mayfair, Londres. Actualmente es chef principal en Karuto Café, una cafetería japonesa en Hampstead. Kyo aporta una profunda apreciación por la técnica japonesa y los sabores de temporada a su trabajo, basándose en su experiencia tanto en la alta cocina como en la cultura de cafeterías.
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